estou com preguiça de traduzi meu texto roubado da vez , hehe
No muy lejos del centro de la ciudad de México hay una plaza musical de renombre mundial. Esta es la Plaza Garibaldi, donde se reúnen los mariachis para brindar su música a quien la quiera oír, y pagar. No, no son tan caros y de veras pasar un rato en este lugar es una experiencia bien alegre. Diríamos única si le gustan los mariachis, y no conocemos a nadie que no le gusten. |
Es de noche cuando la Plaza Garibaldi se pone mejor. Y de verdad que lo sentimos mucho por nuestros amigos menores de edad pero ya a esas horas este entretenimiento tal vez no sea del todo entretenido para ustedes. Pero pueden ir por la tarde y caminar por allí y tal vez oír uno que otro conjunto afinar sus maravillosas trompetas. La van a pasar bien. |
Hay muchas cantinas alrededor de la plaza. Algunas de estas cantinas tienen espectáculos. Los agentes turísticos están al tanto de estos espectáculos, cuando y donde, y les pueden conseguir las entradas como si fuera uno de los tantos tours que se pueden realizar en Ciudad México. O si prefiere puede ir por su cuenta y en cualquiera de las cantinas es posible pasar unas buenas horas de relajamiento y alegría. Cuando estuvimos de visita fue poco antes del oscurecer, para poder tomar estas fotos, y ya habían algunas sirviendo al público y preparándose para el fiestón de esa noche. |
Estos señores, en los trajes tan llamativos, son músicos profesionales que en su vestir, actuar y música perpetúan una bella costumbre cultural. De acuerdo a nuestro guía, sí es cierto que están muy interesados en ganarse unos pesos por sus esfuerzos, pero es el arte lo que sinceramente los estimula. Y sí son muy parte de la vida en México. En nuestra visita al santuario a la Virgen de Guadalupe vimos una procesión que tenía por acompañamiento a un grupo de mariachis. Esa procesión no era un acto para los turistas, era una demostración muy verídica de la fe de ese grupo de personas en la Virgen de Guadalupe. Los mariachis que les proveían sus melodías, eran también muy reales. En la Plaza Garibaldi es el lugar donde la costumbre los reúne cada atardecer. |